
Definir una estrategia de marca implica formular una propuesta significativa centrada en aportar valor funcional, emocional y social.

La estrategia de marca comprende un conjunto de acciones diseñadas para definir, dirigir y mantener significados asociados a un restaurante en la mente de los consumidores a lo largo del tiempo.
La esencia y el significado de la marca son la base de la diferenciación. Para construir una imagen externa sólida, es crucial crear primero una cultura interna en torno a la marca que impregne toda la organización.
Los restaurantes que priorizan la retención de clientes sobre la captación tienen mayores probabilidades de asegurar ventas futuras. La mejor estrategia de fidelización es, sin duda, la hospitalidad.
Estrategia significa entender cuál es tu espacio en el mercado para aprovecharlo al máximo
Un concepto debe profundizar en la comprensión de sus fortalezas, desafíos y debilidades en relación con su competencia directa.
Analizar el panorama del mercado revela necesidades no cubiertas y oportunidades viables.
Crear conceptos innovadores y penetrar en nuevos mercados nos permite mantener el valor a largo plazo.
Las personas no acuden a un restaurante simplemente para comprar comida y bebida, sino para resolver necesidades más profundas relacionadas con el estatus social y vivir experiencias.
Por ello, es fundamental conectar con las necesidades y aspiraciones de las personas.

La estrategia de marca no puede definirse únicamente sobre la identidad, cultura y valores, pues perdería de vista el mercado y podría no ser relevante para los clientes
La estrategia debe mejorar y evolucionar por ciclos temporales para no quedarse obsoleta.
Toda la información generada en el proceso de investigación interna y externa debe estructurarse y sintetizarse en el marco de orientación estratégica.

Una buena estrategia debe priorizar las iniciativas con mayor retorno de inversión para garantizar la continuidad y sostenibilidad del restaurante.
Una estrategia de marca bien diseñada e implementada tiene la capacidad de influir en el comportamiento de los consumidores y, por tanto, en sus decisiones de compra, generando preferencia hacia la experiencia, productos y servicios de un restaurante.
Las estrategias de diferenciación han evolucionado, pasando de estar orientadas al producto y sus beneficios a centrarse en la marca y su significado.

Es crucial establecer un diálogo genuino y comprender el valor de las opiniones de los clientes. Cuando un cliente siente que la marca no lo escucha, es el momento en que decide cambiar de marca.